En no pocas ocasiones se ha dado el caso de que vamos descalzos por casa y de repente nos damos un golpe con cualquier esquina, la pata de algún mueble, o bien, recibimos un pisotón que hace que la uña del dedo correspondiente se ponga negra o incluso se nos levante.
Por lo general, los dedos más afectados suelen ser el 1º dedo y el 5º, creando un dolor agudo y dificultad a la hora de caminar. Otros factores que favorecen la aparición de esta afección se relacionan con el tipo de calzado que solemos utilizar, actividad laboral o deportiva.
Lo que realmente ocurre en estos casos es que se ha formado un hematoma bajo la uña y el dolor que sentimos es por la inflamación generada a la cual se opone la uña aumentando más si cabe la presión en la zona. Hay casos en los que el traumatismo ha sido tan importante que la uña se acaba despegando, lo que se conoce como onicolisis.
¿Qué hago en estos casos?
Dependiendo del estado en que se encuentre la uña se podrá abordar de una manera u otra…
En primer lugar tenemos los casos muy agudos en los que el paciente ha sufrido un golpe reciente y la uña se ha ennegrecido rápidamente. Esto nos indica que bajo la uña se ha formado una bolsa sanguinolenta que ejerce presión contra la uña la cual es la que provoca dolor. En estos casos lo más conveniente será realizar un pequeño orificio en la lámina ungueal para el drenaje del hematoma y así aliviar la presión de la zona.
Otros casos pueden presentar un despegamiento de la uña, bien por un arrancamiento tras el traumatismo o por el despegamiento paulatino tras la fibrosis del lecho ungueal. Dependiendo del grado de despegamiento de la uña ya sea total o parcial convendrá extraer la uña en su totalidad o bien intentar conservarla.
¿Qué pasa si me arranco la uña?
Lo ideal siempre será conservar la uña, ya que tiene la función de oponerse a las fuerzas reactivas del suelo y mantener la forma del dedo.
Si extraemos la uña en su totalidad esta tardará alrededor de un año en crecer de nuevo completamente, lo que puede hacer que los tejidos blandos ocupen el espacio dejado por esta y provocar problemas futuros como uña encarnada, fibrosis del lecho ungueal y el consecuente despegue de la uña, lo que a su vez puede favorecer una afectación micótica (hongos) en la uña, etc.
Como vemos no es buen negocio perder una uña.
¿A quién debo acudir?
Sin duda a un especialista en podología, él le asesorará sobre las opciones de tratamiento más adecuadas en su caso.
En Clínica Eudamy, situado en el barrio de Bami, Sevilla, contamos con una unidad de podología en la que poder ayudarle. No dude en contactar con nosotr@s si lo necesita.
Fran M. Área de Podología. Clínica Eudamy.